viernes, 24 de agosto de 2012

ROMERÍA DE TICES

ROMERÍA DE TICES

Este año he estado en Almería los días 14 y 15 de Agosto, con motivo de la Acción de Gracias que vengo devotamente haciendo desde hace mucho tiempo a la Virgen del consolación en al Santuario de Tices (Ohanes, Almería).
Este año ha sido muy emotivo, uno de los más especiales que he sentido, se han dado circunstancias que me han llenado de emoción y anhelo que jamás olvidaré y que no deseo perder por nada del mundo… 

Mi Madre También tenía gran devoción por la Virgen de TICES, lo mismo que todo el Pueblo de Ohanes y los de Alrededor que peregrinan en romería el día 15 de agosto al santuario que se encuentra a cuatro Kms. De Ohanes.

Los relatos sobre hechos “milagrosos” atribuidos a la virgen son innumerables, en las paredes de la ermita había cuadros de más de 200 y 300 años de antigüedad evocando estos hechos que fueron destruidos en 1936, pero la leyenda ha ido pasando de padres a hijos y se mantiene firme.

La ermita fue construida en 1624 y ya desde entonces la devoción y los actos religiosos se siguen efectuando todos los años, la ermita fue reconstruida en 1810 y después 1900 más o menos.
 
Santuario de Nuestra Señora del Consolación de TICES en la actualidad
Oleo sobre lienzo de 36X48 Cms
Lienzo Pintado por mi
Álbum: Mis Pinturas
El día 14 de Agosto, acuden en peregrinación las gentes de todos los pueblos vecinos y de otras comarcas y pasan la noche del 14 al 15 de Agosto entre oraciones velando la imagen de la Virgen y cantando, bailando, comiendo y bebiendo.
El día 15 a media mañana se celebra la misa mayor, la devoción es inmensa los que no caben en la Iglesia escuchan devotamente en los alrededores de la ermita, el silencio es total.
 
Devotos peregrinos Saliendo de la Misa mayor el 15 de Agosto en el Santuario de TICES
Foto muy antigua, copiada de un libro que compré en la ermita

Pasadas las horas de calor, al caer la tarde una Procesión con la sagrada Imagen de la Virgen del Consolación recorre los cuatro Kilómetros que separan el Santuario del pueblo de Ohanes.
Familias enteras componen esta vistosa, devota y piadosa caravana.
Devotísima continúa siendo esta Procesión llena de colorido, sin cesar los cánticos y oraciones mientras en varios sitios ya señalados descansan para cantar una Salve.   

Llegada la comitiva al lugar conocido como “el Puerto”, desde donde se divisa una de las vistas más bonitas de Ohanes y su vega, se reúnen con los que salen a “esperar a la Virgen” y juntos cantan la Salve con una melodía llena de melancolía a la luz suave del atardecer y ante el inmenso valle verde de la vega que forma un solo “parral”  y que junto con el pueblo aparenta una especie de colosal libro abierto.
 
Ohanes
Oleo sobre lienzo de 30X40 Cms.
Lienzo pintado por mi en 1992, Ohanes visto desde “El Puerto”
Álbum: Mis Pinturas

Vueltos todos hacia el valle, se cantan las dulces plegarias de san Pedro de Monzo, “A Ti llamamos en este valle de lágrimas”, “Vuelve a nosotros esos tus ojos”, mientras muchos se llenan de lágrimas entre recuerdo y peticiones, esto constituye para niños y mayores una imborrable lección de paz.
Después, se reanuda la procesión en medio del entusiasmo y alegría, disparando cohetes, con música y canciones la imagen llega a la Iglesia del pueblo donde permanecerá hasta septiembre.

La devoción por la Virgen de Tices que siento, queda reflejada claramente en el entusiasmo que he puesto al escribir estas líneas y al hacer mis pinturas, esta devoción se mantiene y siempre que tenemos oportunidad viajamos el día 15 de Agosto a Ohanes para participar en la devoción popular.

Desde hace varios años asisto a la romería y a la Misa mayor en el Santuario y si nuestro tiempo lo permite me quedo a la procesión y sobre todo, lo más emocionante, el momento en el que se canta la Salve a la vista del Pueblo, donde la emoción de las gentes, la mayoría con lágrimas en sus ojos, se contagia de tal manera que cuando se termina de rezar y se reanuda la procesión con música y cohetes se siente una tranquilidad y te invade una sensación de paz y alegría que te hace prometer que el próximo año no te lo pierdes.